El Día del Stock supuso ayer de nuevo un oasis en el desierto. Los comerciantes subieron las ventas de una manera exponencial (entre seis o siete veces más) ante el golpeo de la crisis que ha reducido los beneficios entre un 50 y un 60%. Además las calles ganaron en ambiente durante toda la jornada y el sector de la restauración fue una de los grandes beneficiados, porque tanto las terrazas como los interiores registraron una gran afluencia de público.
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